
La piedad del Padre.
La piedad de la Madre.
El amor del Hijo, hasta el extremo.
Un sufrimiento insondable en la lucha contra el Poderoso Poder del Mal.
Un Vencedor, en quien hemos vencido todos.
dialoguemos sobre Dios y sus visitas a nuestra vida, a nuestro mundo, -o sus ausencias- cualquiera sea el rostro con el que se te presenta, cualquiera sea nuestra mirada.
1 comentario:
Me parece que estás dejando material para mis próximos Ejercicios.
¡Gracias!
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