jueves, 25 de octubre de 2007

La gota, el voto y la sed





Para poder beber hace falta la gota. Para formar el mar hace falta la gota. Para que no muera mi rosa hace falta la última gota.




Tenemos que votar y eso genera tantos sentimientos encontrados, ante cantos de sirena, ante dudas, ante ¿para qué?

Y otra vez vuelvo a lo determinante que resulta lo ínfimo. Sobre todo porque cada uno, cada persona le valió a Cristo derramar su sangre -en la que también la última gota nos la regaló del corazón-. Pero también porque sin el cada uno no existe el todo humano, ¡incluso el todo argentino!. Ahí van unas imágenes que quieren animar a dar nuestra gota, a aportar lo nuestro a la tremenda sed general (la imagen de la samaritana es contemporánea, mosaicos del Centro Alletti, que adornan la capilla Redemptoris Mater)