lunes, 22 de diciembre de 2008

Urgente, abrir (tiempo de visitas, 3)


Porque ya llega. Normalmente tenemos en la cabeza que "tenemos que ir" a la iglesia, al templo. Pero no, en realidad, a Dios le gusta venir Él, en persona. O sea que hay que estar atentos. Mejor, tengamos la puerta abierta, no vaya a ser que piense que no tenemos lugar para él, para ellos, mejor dicho. Es cierto que está lleno de ladrones y otras yerbas. Pero ¿y si no se atreve a golpear fuerte, si no lo escuchamos, si nos lo perdemos? Podríamos, por lo menos, dejar la puerta entornada, por si acaso. ¿Vieron cómo Juancito está recontento, y lo ha reconocido? Porque una mujer, su madre Isabel, estaba atenta. Sabía acoger. Enorme abrazo el de estas dos mujeres, gran apertura y mejor acogida. Vale la pena, creo, y seguimos espantando los miedos, que se nos pegan tan fácil.
(la imagen es un fresco del siglo XIV, que está en Chipre)

lunes, 15 de diciembre de 2008


TIEMPO DE VISITAS -2-: La derrota del miedo

Cada una de estas dos mujeres tenía su esperanza y su miedo: María, la peregrina visitante, e Isabel, la visitada. Temores de lo desconocido, de un niño que viene de manera extraordinaria, de no poder charlarlo "de mujer a mujer". El visitarse fue la primera manera de vencer el miedo. Pero esto vino en un segundo momento. Porque ambas, primeramente, habían sido visitadas, visitadas con una Visita cuya verificación era el Niño, la Vida que llevaban en su seno.

Era una vida para ellas, pero sobre todo una vida para todos nosotros, de la cual seguimos viviendo.

Esta es la visita que sigue derrotando nuestros numerosos miedos.

¿Quién necesita mi visita, para con ella abrirle mejor el camino al Pequeño Gran Visitante, que llega sin falta en 10 días?

-La imagen es de la "Casa de María" de Managua, Nicaragua.-


lunes, 8 de diciembre de 2008

Tiempo de visitas


Porque viene. La mejor manera de esperarlo es visitar: las nuestras son como pre-visitas esperando la Gran Visita. Aquí una imagen de María cuando visita a Isabel. El encuadre es del siglo XV flamenco: bastante extraño para nuestro propio encuadre social. Pero miramos los gestos. Parecen 2 personas pero son 4. Hay un pequeño en el vientre de cada una de las dos mujeres. Mutuamente se saludan, mutuamente se bendicen. El gesto es la alegría, la sorpresa, la fe, la bienvenida, la ternura y la confianza. Pero sobre todo la bendición. Una va a bendecir a la otra: a desearle el bien, a acompañar, a descubrir la vida que, porque está oculta, no es menos vida, sino más vida. Porque en la bendición de estas dos mujeres, todos nosotros somos contenidos ¿Qué se dicen? ¿Y a quién tengo yo que visitar en este tiempo? ¿Quién me espera, sabiéndolo o sin saberlo? Cada uno podemos contestárnoslo. Y mientras tanto: bendecir a quienes tenemos al lado, sobre todo a quienes menos miramos, a quienes menos vemos. No vaya a ser que nos perdamos esta visita.

La pintura es de Rogier Van Weyden