domingo, 3 de diciembre de 2006

Rezar mirando a La Meca

Es lo que hizo hace pocos días Benito XVI, cuando visitó la mezquita azul.
Acá hay dos temas. Uno es que Dios hermana.Porque se puso CON los musulmanes, rezó COMO ellos. Se le hizo más ancho el corazón, más grande la oración, en cuanto que incluía a sus compañeros islámicos.
El otro tema: ¿adónde miramos para rezar? Algunos cierran los ojos. "Miran" su corazón, o lo sienten: es la negación del mirar. Dicen que a veces, los ciegos ven más.
A Jesús una mujer le preguntó dónde era mejor adorar, en qué templo. Él le contestó que lo mejor era hacerlo "en espíritu y en verdad": cualquiera sea el lugar. Pero mientras tanto, nos deja mirarlo.
Una amiga tiene profunda oración mientras da de mamar. Otro reza mirando dormir a su niño. Otro mientras contempla los rostros variopintos de sus compañeros de colectivo/autobús/metro.
Umberto Eco dice que en el futuro serán sabios los que sepan SELECCIONAR la información. Quizás seamos mejores orantes si sabemos seleccionar lo que miramos cuando rezamos:
¿Una imagen? ¿El rostro amado ausente? ¿el mar o el cielo? Los hindúes hacen oración mirando un "mandala". Algunos adoramos contemplando un pan pequeño blanco y sencillo donde a Dios se lo puede ver, aunque hace como que se oculta.

2 comentarios:

hna. josefina dijo...

¡Me encantó!

Anónimo dijo...

Los gestos a veces hablan más que las palabras, sobre todo cuando van acompañados por la palabra que los ilumina. Me parece que este gesto de Benedicto XVI muestra su deseo de contribuir a la unión de los creyentes en Dios, y a la paz y el diálogo entre todos. Ojalá que muchos lo imitemos. Gracias por lo que compartis. MR.