Esta imagen refleja y relata el episodio del "lavatorio de los pies" (evangelio de San Juan, 13,1-15). Podemos leer la imagen. La grandeza del Maestro ahora consiste en ponerse a los pies y lavar al Primer Papa. Éste se apoya en Jesús y le discute. Está sentado en un banquito de cocina, a modo de trono. Se deja lavar, y la palangana se va transformando en la barca, que es la Iglesia, y que lo es en tanto en cuanto refleja el Rostro de Jesús, hoy y aquí, como ayer y allá. Porque es entre nosotros, aún entre nuestros pies, donde encontramos a Jesús hoy. Los pies de Jesús: grandes, recorredores de todos y cada uno de nuestros caminos, ya a punto de colgar en la cruz.
El trasfondo es la Eucaristía, pan y vino de los que peregrinamos, presencia inclaudicable, cotidiana compañía, garantía de que vamos a Alguna Parte, aunque muchos días no lo parezca, entrega y oferta.
Servir y dejarse lavar: es el camino para ser felices.
El cielo, único trozo azul, está en el suelo. Ahí podemos pararnos ya siempre. Nos dice por dónde empezar.
La pintura es de Sieger Köder, alemán contemporáneo.
1 comentario:
¡Me encantó!
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