Esta vez es el mismo sembrador el que se siembra.
Sabe que desde la propia pobreza y fragilidad, asumida, aceptada,
brota con fuerza, a su tiempo, la vida.
Y el sembrador ha puesto en su semilla todas nuestras semillas,
nuestros miedos, nuestras fragilidades, también nuestras frustraciones
y todos los deseos... y hasta los aciertos, y las alegrías,
porque siempre tememos perderlas.
Ponéme entre tus semillas, Sembrador,
quiero que me siembres,
quiero ser parte de los sembrados,
y ser parte de la vida.
Sabe que desde la propia pobreza y fragilidad, asumida, aceptada,
brota con fuerza, a su tiempo, la vida.
Y el sembrador ha puesto en su semilla todas nuestras semillas,
nuestros miedos, nuestras fragilidades, también nuestras frustraciones
y todos los deseos... y hasta los aciertos, y las alegrías,
porque siempre tememos perderlas.
Ponéme entre tus semillas, Sembrador,
quiero que me siembres,
quiero ser parte de los sembrados,
y ser parte de la vida.
Tu corazón se hace hoy tierra y semilla.
Falta poco tiempo, ya viene la vida.
Falta poco tiempo, ya viene la vida.
2 comentarios:
¿Lo escribiste en Jueves Santo?
¡Lindo!
...Oh, Señor, y que tu amor sembrado en nosotras produzca a ciento por una.
Un beso. Gracias por tu visita.
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